Nairo Quintana hizo vibrar al mundo de la afición
Nairo Quintana. Foto AFP y marca.com |
(www.Marca.com)
En la última etapa de alta
montaña, en el Zoncolan, denominado "La Puerta del Infierno",
Quintana aguantó bien los tirones de sus rivales, especialmente del Omega
Pharma que comanda su compatriota Rigoberto Uran, se dejó llevar y entró de la
mano junto a Uran en una jornada que se llevó el australiano Rogers, segunda en
este Giro, posiblemente por un empujón que dio un aficionado a su compañero de
escapada el italiano Bongiorno, un empujón que lejos de ayudarle, le obligó a
echar pie a tierra.
En la última etapa, los 172
kilómetros, entre Gemona y Trieste, reinó la tranquilidad al estar definidos
los primeros puestos en la general, circunstancia que fue aprovechada por otros
corredores en busca de protagonismo como fue el caso del canadiense Tuft
(Orica) y el holandés Tjallingii (Belkin) que protagonizaron la primera del
día, pero sin éxito. Se fueron en el kilómetro 30 y fueron neutralizados en el
72.
Los compañeros del líder
Quintana no dudaron en bloquear la carrera y devolver la calma al grupo antes
de llegar al circuito de Trieste donde se volvieron producir varias
escaramuzas. La más importante, la protagonizada por Valero Agnoli (Astana),
Stefano Pirazzi (Bardiani), Carlos Quintero (Colombia) y Lars Bak (Lotto),
Svein Tuft (Orica).
El conjunto Movistar del líder
seguía controlando la situación y otros equipos como el Cannondale para Viviani
y el Trek de Bouhanni los que marcaron el ritmo en las ocho vueltas al circuito
de Trieste. Un marcaje que aprovechó el esloveno Mezgec para imponer su fuerza
en los metros finales; mientras que el gran triunfador Quintana se limitó a
cumplir el trámite y evitar una caída que pudiera dar al traste con su hazaña
de ser el primer colombiano es terminar en lo más alto podio de la prueba
italiana.
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