De 32 años de edad, el esquiador suizo se lleva el oro en la prueba “reina” de los Juegos Olímpicos de Invierno
VANCOUVER, CANADÁ.- El suizo Didier Defago se convirtió en el inesperado nuevo campeón olímpico del descenso de esquí alpino masculino, la prueba “reina” de Vancouver 2010, y devolvió a Suiza a lo más alto de esta especialidad en unos Juegos Olímpicos de invierno.
Defago, que nunca antes había ganado una medalla en unos Juegos de invierno, rompió una sequía de dos décadas sin oros para Suiza en el descenso olímpico.
La última vez que un suizo ganó un descenso olímpico fue en los Juegos de Calgary, también en Canadá, en 1988. En aquella ocasión el campeón fue el legendario Pirmin Zurbriggen.
Defago hizo lo que todos esperaban que podía hace su compatriota y tocayo Didier Cuche, líder de la Copa del Mundo.
El suizo, de 32 años, se impuso por delante del noruego Aksel Lund Svindal, plata va siete centésimas, y del estadounidense Bode Miller, ganador de los platas en Salt Lake City 2002 y que puso fin a una larga racha de fracasos con un bronce (fue tercero a 9 centésimas) que le sabe a gloria.
Y Defago también es desde ayer, con 32 años y 4 meses, en el esquiador más veterano en ganar el oro en el descenso, tras superar por tres meses al francés Jean-Luc Crétier, que lo hizo en Nagano en 1998.
Bode Miller se convirtió en el primer norteamericano en ganar tres medallas olímpica en esquí alpino. Phil Mahre, Tommy Moe, Picabo Street y Diann Roffe ganaron cada uno dos.
Defago tuvo un recorrido impecable en la pista Dave Murray de la localidad de Whistler y ganó con el tiempo de un minuto y 54,31 segundos, para convertirse en el primer esquiador suizo que conquista la prestigiosa competencia desde que Pirmin Zurbriggen obtuvo el oro en los juegos de Calgary 1988.
“Es uno de los días más hermosos de mi vida”, manifestó Defago, quien a sus 32 años y cuatro meses es el hombre de más edad que gana el descenso olímpico. El francés Jean-Luc Cretier tenía 32 años y un mes cuando se impuso en los juegos de Nagano 1998.
El noruego Aksel Lund, campeón vigente en la Copa Mundial, consiguió la plata con una escasa diferencia de siete centésimas de segundo. El estadounidense Bode Miller fue tercero con nueve centésimas atrás.
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